viernes, 3 de julio de 2009

ONDA DÍSCOLO


Desobediente, indisciplinado, rebelde, indócil y reacio, éstos son algunas de las acepciones que se le dan a la palabra de moda en nuestro país. Queda claro que no es un patrimonio partidista y que tampoco tiene la misma percepción para un fiel ideológico como para un simple civil como nosotros, cansado de paradigmas, de inocentes quimeras, de compromisos que no queremos cumplir, de limites a nuestra libertad de pensamiento y derecho a opinión, a fin de cuentas cansado de no ser apreciado como una persona única e irrepetible. Será esta también la motivación de nuestros estimados díscolos, que agobiados por las constante presión de tener que aceptar muchas veces una idea que no les pertenece, que no los representa, y para colmo de colmos no poder siquiera decir que están en desacuerdo, por que de inmediato son tachados como desleales, traidores, por decir algo redactable. Por eso prefiero tener mi propio concepto para definir esta corriente; Honorables Políticos con inteligencia propia, no mecanizados y capaces de dejar su seguridad política con tal de no vender sus valores al mejor postor.

Cabe destacar que no todos estos personajes están dentro de mi definición de díscolo, hay aquellos también que colgándose a sabiendas de este nuevo boom y de la alta demanda ciudadana que conlleva, no hayan nada mejor que revelarse a su lazo político y ponerse un cartel que los identifique como tal. Eso cabe dentro de una definición desertora, por eso no todos estos personajes siempre terminan siendo héroes, tampoco quiere decir que los que mantienen una línea política fielmente marcada no son honorables, simplemente quiero decir que la verdad es relativa, y en muy pocos casos compartida.

Sin duda alguna esta nueva moda ha remecido a la casta política de nuestro país, la cual para algunos está tan desgastada, tan mal evaluada, y para los mas optimistas en un momento de renovación y crecimiento, y que a la vez esta captando la hasta entonces incrédula atención de la juventud criolla, atención la cual se debe admitir que el merito no se le debe a los representantes políticos, si no que principalmente al aumento explosivo de la educación superior y a la expansión de los medios comunicacionales, que han logrado generar inquietud y deseos de hacer cosas y no ser tan sólo un espectador más del cause social. Estos cambios no sólo son positivos por la integración juvenil, si no también por que obliga a la clase política a modificar su discurso, les hace la pega mas difícil ya que su publico además de ser más exigente pone en duda cada palabra, dejando atrás nuestra inocencia cívica y obligando a la nueva generación política a trabajar de verdad, y no desarrollar una oda que luego quede materializada solo en un tríptico de campaña.

Esta onda díscolo no es solamente una palabra en boga, si no que es un grito de auxilio para rescatar la credibilidad de nuestros representantes, simboliza el agotamiento cerebral que provoca ver a un político en terreno haciendo campaña y no política, el aburrimiento que produce un pobre discurso cada vez mas cliché, el cual todos se dan cuenta pero no hacen esfuerzo alguno por modificarlo, y lo peor de todo es que muchos piden cambios, pero son aquellos políticos prehistóricos que exigen cambios los mismos que hoy ansían el poder y menosprecian los potenciales de nuestra juventud.

No es malo ser idealista, no es malo ser inconsecuente, no es malo ser díscolo, ni menos pensar distinto a otro ser humano. Es malo dejar que nos callen, que nos impongan ideas, que nos cieguen y que nos conviertan en material de campaña e instrumento de voto.


PAZ - LIBERTAD – CREA


LEO


"Pienso, luego existo". Descartes